
“Eso no es folclore”, dijo la AFA sobre las acciones antisemitas de los hinchas de All Boys contra los de Atlanta. La misma que domingo a domingo permite canciones y banderas que hacen de la homofobia y el racismo su leitmotiv
Las imágenes son claras, es folclore de cancha argentina de pura cepa. Un grupo de muchachones ataviados con remeras y banderas de All Boys cantan en medio del humo negro y blanco de las bengalas. Cantan contra la hinchada de Atlanta, rival de turno, club siempre identificado con la Colectividad. Recuerdan con humor el holocausto judío. Una bandera de Palestina y otra de Irán rompen la monocromía del paisaje. De repente, surgen cuatro personas que parecen salidas de El Eternauta o chernobyl. Cubiertas de arriba abajo con trajes blancos y máscaras cargan consigo un ataúd pintado de azul y amarillo, con la bandera del Estado de Israel. El cuadro se completa con un pasacalle que reza: “Muerte al Estado Genocida de Israel”. En la cancha, previo al comienzo del partido, sobrevolará un dron con otra bandera de Palestina. La “Guerra de los Doce días” en pleno partido del ascenso argento. Sólo en el fútbol argentino se puede ver tanta creatividad para tratar el conflicto en Medio Oriente. ¿Denigrante? Si ¿discriminatorio? También ¿folclore? Por supuesto.
Las reacciones ante semejante puesta en escena no se hicieron esperar. Los hinchas que portaron el ataúd ya habrían sido identificados. La sanción sería de cuatro años sin poder asistir a la cancha. La Justicia y la AFA estudian posibles castigos para All Boys. La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) pidió que se “actué con firmeza ante estos actos de odio”. Hace un tiempo esa misma organización tildó de terroristas a periodistas judíos que fueron críticos con las acciones bélicas del Primer Ministro israelí Netanyahu. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich arremetió promocionando la “Ley Antibarras” y se mostró indignada por los actos de discriminación. Días antes su jefe, el presidente, trató de “Mandriles” a sus opositores.
“Es parte del folclore”, fue la justificación que nació del futbolero medio argentino para defender a Enzo Fernández. El mediocampista de la selección no cortó un vivo a tiempo y se viralizó un canto contra Francia que tenía el combo completo: racismo, xenofobia, homofobia y transfobia. Hasta la vicepresidenta se sumó en la arremetida contra la “potencia colonialista” que ahora se rasgaba las vestiduras.
#Institucional Comunicado de prensa sobre los aberrantes actos de antisemitismo efectuados por hinchas del club All Boys tanto en la previa como durante el partido que dicha entidad disputó contra su similar del club Atlanta.
— AFA (@afa) June 30, 2025
📝 https://t.co/NnkFG36veM pic.twitter.com/oyzvmQd48N
Si sancionan a All Boys, no será la primera vez. En 2012 Chacarita perdió en el “escritorio” los puntos del duelo ante Atlanta por cánticos antisemitas. El castigo -bien aplicado- no se había dado nunca en el fútbol argentino. Eso llama un poco la atención. La mayoría de las canciones de cancha tienen letras discriminatorias contra algún grupo de la sociedad, desde la mujer hasta la comunidad LGBTQ+, pasando por diversas nacionalidades latinoamericanas. “Es la doble vara de la moral argentina”, le escribe al autor de estas líneas un amigo al compartirle la publicación.
Etimológicamente, la palabra “moral” viene del latín “mor”, que significa “costumbre” o “carácter”. Según el filósofo Platón, las ideas morales son patrones universales que sirven para juzgar los comportamientos humanos. Así, hay acciones que son moralmente correctas y otras que no. El “folclore” (cuyo significado sería “saber popular”) es el término que encontró el fútbol argentino para designar aquellos comportamientos que no encajan en lo moral, pero son aceptables dentro de una cancha o en una tribuna. Insultar, denigrar, intimidar, amenazar e incluso escupir, forman parte de lo permitido. Hacerlo en la calle podría derivar en una contravención, pero en la cancha está todo ok.
El Folclore también abala la discriminación. Así, se puede descalificar al otro utilizando gentilicios latinoamericanos (peruano, boliviano, paraguayo), una condición sexual (puto) o el género (traba). También, hacer alarde de violaciones (les rompimos el culo) o genocidios (a todos los de…los vamos a matar). Ahora, si todo eso está permitido ¿por qué sancionar a los hinchas de All Boys? ¿Cuál es la diferencia entre el antisemitismo y la xenofobia? ¿Por qué mostrar una muñeca inflable vestida con la camiseta del rival, anticipando una violación es folclore y mostrar un ataúd con una bandera no?
Del Autor