No salen de corrido

Hoy en Deporpedias, aprovechamos que ni Estudiantes ni Atenas han repetido mucho su formación para meternos con una máxima del fútbol: “El once de memoria”

“A mí me gusta el once de memoria, “Gallito””, le dijo con su voz crujiente Alfio Basile al periodista Héctor Gallo hace casi 20 años atrás. El “Coco” había asumido un tiempo antes en Boca y todavía no encontraba el rumbo. Una vez que lo hizo, armó un equipo casi imbatible: ganó cinco títulos en un año con una efectividad de puntos del 72%. Una de las características que tuvo aquel equipo fue que su formación se repitió casi siempre y quedó grabada en el disco rígido del futbolero medio argentino. Abbondanzieri; Ibarra (Calvo jugó más, pero la memoria tiene sus vericuetos subjetivos), Schiavi, Díaz y Krupoviesa; Battaglia, Gago y Bilos; Insúa; Palacio y Palermo, es el once que sale de memoria de aquel Boca de Basile.

Esta máxima futbolera nació bastante antes que Basile fuera a Boca. Ya se usaba cuando el “Coco” jugaba en la década de 1960. Parte de la premisa de que una estructura inmutable es la que da los resultados. No importan el rival ni las condiciones, si los nombres son los mismos todo sale mejor. De tanto compartir cancha hay un acostumbramiento al otro. El jugador va asimilando los movimientos de su compañero y así el juego fluye de manera más sencilla. Una mirada basta para que un defensor comprenda lo que va a hacer su compañero de zaga. El pasador no necesita levantar la cabeza para saber que el delantero ya tiró la diagonal. El mediocampista ya sabe que el lateral le va a pasar por afuera con solo sentir el repiqueteo de sus botines.

Vale decir que a mediados del siglo pasado, cuando la frase empezó a recorrer los vestuarios, la globalización todavía no se había comido al fútbol. No había tanto movimiento de dinero ni pases. Los jugadores duraban mucho en sus equipos y las formaciones no se modificaban mucho de un año para el otro. Los planteles eran cortos y los partidos muchos menos. Un DT no tenía tantas opciones como ahora y el desgaste físico de los players era menor. Era sencillo recordar los once titulares habituales de los equipos porque no variaban. Por eso a nuestros padres y abuelos les es más fácil recitar de memoria once apellidos de equipos que ni siquiera fueron campeones y competir en las sobremesas familiares a ver quién acierta más. Vayan a pedirle hoy a un hincha de Estudiantes o Atenas que haga lo mismo con las formaciones actuales del “Celeste” y el “Albo”. Sería casi imposible.

Estudiantes y Atenas están en categorías distintas, pero comparten el hecho de casi no haber repetido su formación en los partidos que llevan disputados esta temporada. Por diversos motivos, ni Iván Delfino ni Gastón Leva pudieron poner los mismos once nombres en cancha.

En esta Primera Nacional Estudiantes nunca repitió la misma formación. Por lesiones o decisiones tácticas Delfino siempre realizó modificaciones. En tres ocasiones estuvo muy cerca (10 de 11) y solo en dos reiteró menos de ocho apellidos. La menor cantidad de nombres idénticos se dio en la fecha pasada ante Temperley (5). Ningún jugador del “Celeste” dijo presente desde el arranque en los doce partidos. Gonzalo Maffini, Alejandro Cabrera, Facundo Cobos y Lucas González formaron parte del once titular en once partidos. En el otro extremo, son cuatro los que han sido elegidos una vez: Javier Ferreira, Agustín Fontana, Agustín Morales y Lucas Angelini.

Del lado de Atenas, Leva repitió una sola vez el once de Atenas en el Federal A. Entre la primera y la segunda fecha. El DT del “Albo” modificó poco la estructura: solo una vez cambió más de un nombre entre un partido y otro. Francisco Araya, Juan Romero, Agustín Alcaraz, Facundo Mucignat, Mariano Martínez y Pablo Palavecino estuvieron siempre desde el arranque. Santiago Abayay jugó un solo partido desde el arranque.

La máxima del “once de memoria” se asocia de manera habitual a los equipos campeones. También suele ser una carta para criticar a algún DT que no encuentra el camino de los resultados. No obstante, no siempre sale bien. Basile intentó lo mismo en su segundo ciclo en el Xeneize y no dio pie con bola. Tampoco está claro hasta cuando hay que tenerle paciencia a ese once de memoria ¿Qué pasa si repitiendo los once nombres durante diez partidos el equipo juega horrible? Si el buen juego tuviera que ver solo con repetir un equipo todos usarían la misma fórmula. Eso sí, existe también, la excepción que convierte a esta máxima en regla: Argentina en Qatar 2022 no repitió nunca su formación y fue campeón del mundo.

 Del Autor

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