Videla

Las vueltas de la historia

Como en marzo de 1976, el deporte y los derechos humanos se cruzarán otra vez. La selección argentina saltará a la cancha en el Monumental, mientras en la calle y en la Ex ESMA diversas organizaciones se enfrentan a los recortes de un gobierno muy amigo de las ideas de quienes gobernaron el país cuando los dirigidos por Menotti ganaron el mundial

El 24 de marzo de 1976 se prohibió casi todo menos una actividad: el fútbol. La voz de Juan Mentesana -locutor oficial- iba leyendo los comunicados del nuevo gobierno militar como si fueran mandamientos de Moisés. La mayoría empezaban con fórmulas negativas. El que salió de la norma fue el número 23. En él se autorizaba la transmisión del partido amistoso que la selección albiceleste disputaba ese día ante Polonia. El equipo de César Menotti ganó 2 a 1 y Chorzow -ciudad del sur polaco, cercana al limite con la en ese entonces Checoslovaquia- entró en la memoria argentina.

El amistoso fue la primera cita entre el deporte y la dictadura, la primera de una relación intensa. El mundial de fútbol fue el casamiento y la luna de miel. Antes y después hubo otros hitos. Los mejores años tenísticos de Guillermo Vilas fueron con Videla, Massera y Agosti en el poder. En 1977 el “Willy” ganó Roland Garros y el US Open. En Nueva York contó con el aliento del presidente. Ricardo Gotta, en su libro Fuimos Campeones cuenta que el Jefe del Ejercito buscó -y consiguió- por todos los medios la foto con el pelilargo. También el boxeo fue un punto de contacto. Los triunfos de un todavía vigente Carlos Monzón y de Víctor Galíndez fueron presentados como victorias de la nueva Argentina que nació con el Proceso.

El mundial de fútbol masculino no fue el único que hubo en el país en 1978, hubo otros dos. El de hockey sobre césped masculino, unos meses antes, en marzo y el de hockey sobre patines en octubre con Argentina campeón. “Desde Palermo saldrá hacia el mundo la imagen de jerarquía y buen gusto que necesitamos. Es lógico esperar lo mejor”, rezaba El Gráfico unos días antes de la inauguración del que disputaron Los Leones, mucho antes de ser llamados así. El certamen lo ganó Pakistán y los locales terminaron octavos. Hans Jorritsma y Piet Gunning, jugadores neerlandeses visitaron las rondas de las Madres de Plaza de Mayo. El primero se negó a estar en la premiación para no recibir la medalla de parte de Videla.

El hockey no paró en 1976 como no lo hará este 24 de marzo. “Por comprensión histórica y responsabilidad civil considero que no es un día para disputar una competencia amateur”, escribió Manuela Fernández y Mayán, jugadora de Racing, en una carta abierta a la Asociación Amateur de Hockey de Buenos Aires. La entidad presidida por Rodolfo Schmitt programó una fecha de la Copa Buenos Aires para hoy. En el escrito remarca que no se debería jugar, entre otras cosas, para honrar la memoria de Adriana Acosta y Miriam Moro, jugadoras de hockey que engrosan la lista de atletas desaparecidos. En la tercera edición del libro Deporte, Desaparecidos y Dictadura, el periodista Gustavo Veiga registra 220 deportistas. Juan Carlos Perchante (Rugby), Antonio Miguez (Rugby), Ricardo Tissera (Rugby y Fútbol) son algunos de los que aporta Río Cuarto a esa lista. Ah… en Córdoba la Federación también dispuso que se juegue la fecha este lunes. Urú y Universidad lo harán de visitante.

Los militares rapiñaron en los clubes de fútbol. Instituciones representativas si las hay, sabían que allí había una llave para controlar a la sociedad civil. El comandante Carlos Suárez Mason se apoderó del Argentinos Juniors de Maradona y Lacoste tomó a su querido River. Llegó incluso a amenazar jugadores para que no se fueran del club. Al “Pato” Fillol lo recibió con el revolver arriba del escritorio.

Los tiempos cambiaron. Los mismos clubes que quisieron poseer los altos mandos militares hoy tienen comisiones de Derechos Humanos. Son los que se encargan de recuperar de la historia los nombres de socios, jugadores e hinchas desaparecidos. Son también los que les plantan cara a un gobierno que bravuconea con la “memoria completa” o cosas así.

Argentina y Brasil jugarán mañana por eliminatorias. Reeditarán el duelo de la segunda ronda del mundial 78 en Rosario. El escenario esta vez será el Monumental, el mismo reducto en el que Passarella y los suyos levantaron la copa hace ya casi medio siglo. Mientras lo hacían, integrantes de los grupos de tarea de la Armada levantaban sus copas en el festejo y se preparaban para seguir con las sesiones de tortura en la ESMA, a 500 metros de distancia.

Vueltas de la historia, este martes ambos espacios volverán a estar conectados. Mientras argentinos y brasileños salten a la canche, los empleados de la ahora Ex ESMA estarán de vigilia peleando contra los recortes de un gobierno muy amigo de las ideas que gobernaban el país cuando Menotti y los suyos ganaron el mundial.

 

Del autor

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