No hay plata

“Yo estoy peleando por algo que me gané”, me dice Macarena Ceballos a metros de la pileta principal del Cenard, en una entrevista para el programa Saque de Arco (LV16). Aquello que se ganó, es su sueldo. Tras llegar a las semifinales de los 100 metros pecho en los Juegos Olímpicos de París 2024, la riocuartense se enteró que una de sus becas había sido reducida. El “premio” que la subsecretaría de Deportes le otorgó por haber conseguido algo que no se lograba desde hace 20 años fue reducirle su beca.

Mientras la humedad del interior del natatorio contrasta con el fresco de la mañana porteña, la riocuartense explica lo poco que pudo disfrutar de su logro en la capital francesa. Su beca, que era de Proyección Olímpica, pasó a ser de Proyección Panamericana. Es decir, su bronce en Santiago 2023 vale más que estar entre las 15 mejores nadadoras de su especialidad en un Juego Olímpico.

Devenida en periodista investigadora, Ceballos descubrió varias inconsistencias en los criterios que utiliza la subsecretaría. Por ejemplo, una medalla dorada en un Campeonato Sudamericano vale más que una de bronce en los Panamericanos. En el primero solo participan los países del cono sur y Brasil no suele llevar sus mejores exponentes. De los segundos participa todo el continente, incluyendo a dos potencias como Canadá y EE.UU. Pero la investigación no quedó ahí. La riocuartense también descubrió que deportistas individuales que no obtuvieron diplomas en París (estar entre los ocho mejores en la competición olímpica) continúan con una beca de Proyección Olímpica. También, no hay mucha lógica en la comparación que se hace de deportes individuales y colectivos.

La investigación de Ceballos se da en el marco de ajuste y cambio en la subsecretaría que conduce Diógenes de Urquiza. “No hay plata”, dijo el presidente Javier Milei y en el deporte se nota. El recorte en Deportes para el 2025 -según lo expresado en el presupuesto presentado ante el Congreso- es del 36%. Entre otras cosas, se disuelve el Programa Federal de Infraestructura Deportiva que hace desaparecer unos 44.300 millones de pesos asignados. Es cierto que una parte de esos fondos -11.700 millones– irá a parar al presupuesto del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), que también comanda De Urquiza.

En este aspecto radica una de las claves para entender la política deportiva en la era Milei. El Enard tendrá más fondos, pero serán utilizados para becar a menos deportistas. Es decir que, en vez de hacer crecer la base de atletas, se invertirá en unos pocos. Algo así como atletas de alto rendimiento elite. Mientras, el resto deberá repartirse el escaso presupuesto que tendrá la subsecretaría.

“Tenés 21 años, anda a laburar”, dijo De Urquiza en una de las entrevistas que dio en su primer paso por el deporte a nivel nacional. En el tramo final de la presidencia de Mauricio Macri estuvo a cargo de la Agencia Nacional de Deporte. Meritocrático como gran parte de este gobierno, remarca que al apoyo hay que ganárselo. En vez de apostar al desarrollo, se apuesta al resultado: primero los triunfos, después el apoyo.  Con ese discurso, menos se entienden las inconstancias que encontró Macarena Ceballos en la distribución de las becas.

La nadadora riocuartense se presentará esta semana en el Sudamericano de Cali. En vez de dedicarse de lleno a su preparación, tuvo que perder tiempo buscando explicaciones y -situación incómoda de por medio- señalando a otros atletas. Marca registrada de este gobierno, en vez de hacerse cargo de los recortes, ponen a las personas a pelearse entre sí por los pocos recursos.

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