Héroes (post) Modernos

“No puede ser!!! Los héroes no se retiran…vuelven siempre. Roger nunca dirá adiós del todo”, se lee en uno de los tantos posteos que inundaron las redes sociales el jueves. Roger Federer, uno de los más grandes jugadores de tenis de la historia anunció su retiro. La noticia “sorprendió”, pese a no ser una sorpresa. El suizo tiene más de 40 años y hace rato que su físico no lo dejaba jugar. En tiempos hashtags, su apellido se coló entre los trending toppics argentinos, al lado de “inflación” e “incendios”.

Federer es uno de los símbolos deportivos del siglo XXI. Es uno de los que inicio una era de personajes inolvidables, cuyas hazañas se potenciaron aún más por un contexto mediático más globalizado y abierto que nunca.

En la mitología de su Canción de Hielo y Fuego, George R.R. Martín habla de una “Edad de los Héroes”. Comienza con el pacto firmado entre los niños del bosque y los primeros hombres y recibe esa denominación porque fue en ese período en el que habitaron seres cuasi míticos que dieron forma a los primeros reinos del continente ficticio de Westeros. Las historias de esos héroes creados por el escritor de Nueva Jersey, no difiere mucho de la de los héroes clásicos de la Antigua Grecia. Son, en su gran mayoría, leyendas compuestas en base a hechos de los cuáles no hay demasiado registro.

Justamente de las tierras lindantes con el Egeo es el origen de la palabra “héroe”. Su acepción más común es la de un persona o personaje que representa de manera ideal los valores positivos de una determinada sociedad. Entre sus cualidades está la de poseer cualidades extraordinarias, que no se presentan en el resto de los mortales. Sus acciones también están más allá de lo común y esto es así -siempre hablando de la Antigua Grecia- porque son semidioses. Están en el medio entre los hombres y los seres inmortales. En los relatos, muchos de los héroes griegos, son hijos de Zeus, el promiscuo señor del Olimpo.

Vale aclarar que si bien estos muchachos (no muchachas, dato a tener en cuanta) eran extraordinarios, no estaban exentos de sufrir los problemas de las vidas humanas. Por muchas condiciones que tuvieran no podían evitar la tragedia que siempre acompaña el trayecto de los mortales por este valle de lágrimas. En palabras simples: Semidioses si, perfectos no. Cometían errores y se dejaban llevar por los excesos. Por tal caso, Aquiles solía dejarse llevar por la soberbia (hybris). 

La idea del héroe griego está íntimamente relacionada con la concepción del Sportman, que es el embrión del héroe deportivo de nuestro tiempo. El Sportman es el personaje principal del Deporte Moderno del siglo XIX. Al igual que el héroe griego, es la reencarnación de todos los valores positivos.

El halo de romanticismo con el que se dotó a estos primeros hombres del deporte es el germen de lo que hoy es un “héroe deportivo”. Siempre atado a cierto nacionalismo, este personaje del deporte no sólo encarna los valores de su país o región, sino que también defiende sus símbolos patrios. Como en casi todo lo que tenga que ver con el deporte argentino, Maradona es el ejemplo más claro.

Así como la idea de lo que es el héroe fue cambiando con el devenir de las sociedades occidentales (no se analizará aquí la figura en las culturas occidentales, no por falta de interés, si no por falta de conocimiento), lo mismo ocurrió con la concepción del héroe deportivo. Una de las cosas que la modificó fue la globalización.

Sobre el final del siglo XX este proceso generó que los héroes deportivos no fueran sólo héroes locales. Las hazañas de estos personajes extraordinarios empezaron a llegar a todos los puntos del globo y se hicieron aun más notorios. La evolución de los medios de comunicación aceleró el proceso y hoy Federer, Messi y Cristiano Ronaldo son referentes que no conocen de banderas. Está claro que el nacionalismo no se borró, pero los héroes ahora también son globales.

El capitalismo global no solo modificó el alcance de las hazañas de los héroes, sino también el premio que reciben por ellas. Ya no se trata de un ramo de olivo y el pasaje al Monte Olimpo (Hay discusiones sobre si a los deportistas se les otorgaban algún premio monetario). Ahora, conseguir la gloria en un evento deportivo implica mucha plata. El negocio alrededor del deporte y necesita siempre de héroes que lo alimenten. De ellos y ellas mismo y de sus actos viven los medios de comunicación y por eso pagan por los derechos de transmisión. La comunidad heroica es la que vende raquetas, zapatillas y camisetas.  

Por mucho que la idea del Sportman haya querido romantizar a los héroes de la modernidad, estos siguen teniendo las características negativas que tenían en la antigüedad. Siguen siendo hombres y tienen defectos. Aunque las marcas publicitarias intenten tapar sus errores y excesos, estos siempre aparecen. En este caso, hablar de Maradona y Monzón sería obvio, pero también se podría citar a Messi y su nombramiento como embajador turístico de Arabia Saudita, un país en el que los derechos humanos no están demasiado presentes.

Por más que hayan pasado más de dos siglos de Deporte Moderno, lo que todavía sigue presente es la supremacía del héroe por sobre la heroína. El deporte sigue siendo del Sportman, aunque las mujeres generan grietas cada vez más grandes. El retiro de Serena Williams no generó el mismo que el de Federer y eso que lo hecho por la norteamericana supera en algunos aspectos a lo realizado por el suizo.       

Con Federer se despide uno de los primeros exponentes de esta nueva era de héroes. La “Edad de los Héroes (post) Modernos”, igual de gloriosos que los de antaño, pero más conocidos, mejor vestidos y más ricos.

Juan el Extenso, Coleccionista de historias olvidables