
El Estudiantes de Acuña empieza a mostrar los aspectos positivos de un estilo que suele generar cosas positivas en el largo plazo
El término “tikitiki”, muy utilizado en el fútbol argentino, es una derivación del “tikitaka” Español. Este último surgió en los principios de los años 90 del siglo pasado. El entrenador argentino Ángel Cappa, en ese entonces asistente de Jorge Valdano en el Real Madrid, título un artículo “El tiki y el toque”. En el texto, defendía un estilo de juego en el que la posesión del balón es vital. Ese control se efectúa a través de la sucesión de pases. Al ver la publicación, el técnico español Javier Clemente, una especie de Bilardista ibérico, intentó ridiculizarlo y habló del “Tikitaka”.
Después, ese mismo estilo, llevaría a España y al Barcelona, a constituirse como los mejores equipos de la historia reciente. En Argentina, la deformación “tikitiki”, apareció con fuerza al final de la primera década del siglo XXI. El propio Cappa hizo una gran campaña como DT de Huracán con ese estilo como bandera. Se quedó a cinco minutos de ser campeón y desató la polémica entre quienes lo defendían y quienes lo criticaban.
En ese momento, el debate se hizo más sobre la base de un estereotipo de ese estilo de juego, que sobre el estilo en sí. Un estereotipo es una imagen mental que nos hacemos de un tipo general. Es una manera de clasificar de acuerdo a características positivas o negativas. Cómo toda construcción, no está libre de a exageraciones. Así, cuesta poco convertir al estereotipo en caricatura.
Con el “tikitiki” pasó algo de eso. Sus críticos abusaron del estereotipo diciendo que era un tipo de juego en el que se hacía un culto de la tenencia del balón, olvidándose del resultado. “Juegan Sin arcos”, se llegó a decir desde la tribuna detractora. La respuesta también pecó a veces de exagerado. Se lo idealizó. “Todos queremos ganar. Pero de lo que hablamos es de la manera en la que lo conseguimos. No jugamos sin arco. Consideramos que la tenencia del balón y su movimiento a través del pase, es la mejor manera de llegar a ese resultado. Además, es una cuestión ética también. El fin no justifica los medios”, explicó Cappa en una nota con el diario El Pais.
Cuando Gerardo Acuña comenzó su ciclo en Estudiantes, sobrevoló en el ambiente la discusión sobre el “tikitiki”. Esos rumores crecieron cuando las cosas no empezaron a salir bien. Se sabe que los equipos del Toro tienen un estilo fundado en la tenencia del balón, la salida prolija desde el fondo y la búsqueda de protagonismo a través de la circulación.
Como todo sistema, el “tikitiki” tiene sus defectos. Sin caer en caricaturas ni en el estereotipo fácil, se sabe que por momentos Estudiantes cae en el transitar lento y sin cambio de ritmo. En otros, cuando le copan la mitad de la cancha y lo presionan le cuesta recuperar la pelota. Sin la tenencia del útil, el sistema se cae y el equipo sufre. También, es un estilo en el que errar un pase, te desnuda por completo en defensa.
Quedarse solamente con eso, es injusto. Primero porque instalar ese sistema lleva tiempo. No se trata de simplemente poner dos líneas de cuatro y revolear la pelota para arriba, buscando que dos voluntariosos delanteros intenten arremeter contra el arco rival. Segundo, porque con el correr de los partidos, el equipo de Acuña empieza a mostrar las partes más interesantes del estilo del “tikitiki”.
Cuando Estudiantes juega, fluye y entretiene. Es cierto que a veces camina por el borde del precipicio al mover la pelota de un lado al otro con los defensores. Pero cuando le sale bien, dan ganas de ver el partido.
Padilla agarra la lanza y va, pero no lo hace a ciegas. No es un ataque de adrenalina puesta al servicio de lo anecdótico. Es una salida con criterio, buscando asociarse.
Los laterales son dos aviones que van más rápido que el wifi a las tres de la mañana. Estudiantes abre muy bien la cancha y el circular del balón, permite que Adín e Ihitz puedan explotar con mayor facilidad los espacios.
En la mitad de la cancha, Acuña parece haber encontrado buenos interpretes en Bottino, Talpone y Bottino. Los tres han funcionado en la misma sintonía en los últimos partidos. Hesar, conocedor del sistema del entrenador, sabe cual es su función y la cumple. Da la impresión que sólo Cainelli no termina de encontrar su lugar.
El torneo recién comienza y sacar conclusiones parece caprichoso. Sobre todo, por las condiciones en las que se ha desarrollado hasta aquí. La pretemporada fue corta y en el medio se paró la competencia. El “tikitiki” tiene sus problemas, pero en el largo plazo muestras sus frutos. El tiempo empezó a darle la razón a Acuña, hay que ver si logra consolidar lo que su equipo a emepzado a mostrar.
Del Autor
Foto: Prensa Estudiantes