Parados

La decisión de la provincia de detener solo la actividad del deporte amateur, dice mucho del lugar que ocupa en la escala de prioridades

Algo tenía que parar y la ligó el deporte amateur. Ante la suba de casos y la preocupación por el avance de la “segundo ola” de coronavirus, la provincia decidió frenar la actividad del deporte amateur y los eventos competitivos del deporte federado. Lo único que puede seguir son las competencias profesionales.

“El deporte no contagia”, fue la consigna bajo la que marcharon clubes y deportistas de Río Cuarto y la región para protestar contra esas medidas. Las disposiciones frenaron hasta el 21 de mayo a los torneos de la Liga Regional de Fútbol, la Asociación Riocuartense de Básquet, la Unión Cordobesa de Rugby, la Federación Cordobesa de Hockey sobre césped y la ACRAHSC, entre otros.

La medida deja sin actividad competitiva a la gran mayoría de los atletas de la provincia. Un estudio de la Agencia Córdoba Deportes del 2009 sostenía que los deportistas federados en Córdoba eran 74.147 (1 de cada 43 habitantes en ese momento). Aquí no se cuenta a los amateurs, es decir, aquellos que no están afiliados a ninguna organización, pero si realizan deportes.

La Liga Regional de Fútbol de Río Cuarto será de las más afectadas. Son 7.000 los deportistas federados dentro de la institución que no podrán competir durante tres semanas.

Sin mucho rebusque, la consigna de la protesta prendió y tiene sus fundamentos. Los contagios en los planteles deportivos han sido pocos. Para citar un caso, en la Liga Regional se han suspendido poco más de diez partidos entre los cuatro certámenes. En la Primera A masculina, los planteles que tuvieron contagios fueron cinco y ninguno de esos focos estuvo relacionado a la actividad deportiva.

Para defender la medida, el gobierno provincial pone el foco en la movilidad. El problema no es el deporte, sino la movilidad constante que genera. Por eso se puede seguir entrenando en los clubes. Por caso, una delegación de un equipo de rugby, solamente de primera división moviliza cerca de 30 personas, si le agregan las intermedias y eso se multiplica por los 13 equipos que compitieron en el certamen Preparación de la Unión, es cierto que la cantidad de gente que se mueve, es mucha.

El deporte lleva de un lado para el otro a una gran cantidad de personas. También lo hace el turismo. En Semana Santa, el nivel de turistas por baldosa cuadrada en la provincia rebalsaba, por mucho, el límite marcado por las políticas sanitarias. ¿Por qué el turismo puede mover gente y el deporte no?

Una de las respuestas está en los 2.500 millones de pesos que dejaron los 450 mil turistas -según cifras oficiales- que visitaron Córdoba durante la Semana Santa. La ecuación en pesos es clara, frenar el turismo impacta más que detener el deporte amateur. Por más que detrás de ese deporte amateur haya toda una maquinaria económica de la que depende mucha gente, el turismo sigue pesando más.

En general lo económico va de la mano de lo político. Las repercusiones para el gobierno que se generarían por frenar el turismo o limitar otras actividades como, por ejemplo, las escolares serían, cuanto menos, negativas. En la ecuación, el peso que pueden tener los deportes amateurs es poco. En la política se cuentan votos y estos no están en disciplinass como el vóley o el handball.

Esa misma ecuación es la que hace que los deportes profesionales sigan. Parar el fútbol de la Primera Nacional o la Liga Profesional impactaría demasiado en la ecuación económica y en la política. Frenar el negocio de la AFA y la TV, es cómo querer detener el turismo. Son actores pesados contra los que es preferible no pelearse. Ni los casos de coronavirus en los equipos pueden detener esa maquinaria.

Por otro lado, los equipos que compiten en esas ligas son los más populares de la provincia. Talleres, Belgrano e Instituto son los que mandan en la capital y Estudiantes es el de más convocatoria en la capital alterna. Tener esos equipos activos hace que mucha gente no sienta que se frenó la pelota. Los suplementos deportivos de los diarios seguirán saliendo sin inconvenientes.

El deporte profesional le sacará una nueva ventaja al deporte amateur. En el fútbol es donde más se nota esta situación. Los clubes de las ligas del interior -con su amateurismo marrón a cuestas- sentirán el impacto de no poder abrir sus canchas, mientras que los profesionales, seguirán cobrando por los derechos de TV.

Tanto el deporte amateur como el federado son la base del esquema deportivo de la provincia. De allí se nutren los ámbitos profesionales. Si no hay chicos practicando deporte en las escalas formativas, no habrá futuros atletas. El parate de 2020 dio muestras de como afectan este tipo de medidas al ámbito amateur. Fueron muchos los deportistas que dejaron la actividad. Las asociaciones y los clubes, señalaron que en el 2021 no volvieron todos los que habían empezado el 2020. Por poner un caso, en la Asociación Riocuartense de Básquet el número de jugadores bajó de 932 a 517.

El gobierno provincial decidió que debía tomar medidas para evitar un crecimiento de casos. En la ecuación costo-beneficio, consideró que de todas las actividades que movilizan multitudes, el deporte amateur era el que se podía frenar sin que se le generarán demasiados dolores de cabeza. Con la decisión, dio una muestra clara del lugar que ocupa entre sus prioridades el deporte no profesional.    

 

Del Autor

Foto: afiche de difusión de la protesta