Un fantástico mundo

Nadal, James y Hamilton son tan grandes que parecen salidos de una película de Disney

“¿Confías en mí?” le pregunta Aladino a la princesa Jazmín antes de invitarla a subirse a la alfombra mágica. La hija del sultán acepta, se sube al pedazo de tela animado y atraviesan el muro del castillo para entrometerse en el nocturno paisaje de la aldea. De fondo, suena la voz de Ricardo Montaner que dice querer mostrar un fantástico mundo (Si, es la versión latina).

La escena se ha convertido en uno de los íconos de Disney. Ese “Fantástico Mundo”, es el mundo de las producciones -y derivados- de una de las corporaciones más grandes del planeta. Desde hace un tiempo ese planeta incluye también a los eventos deportivos.

Los caprichos de la realidad hicieron posible que el fin de semana que pasó, las canchas y las pistas regalaran una jornada inolvidable. Algunes deportistas agigantaron su leyenda y otros empezaron a escribir sus propias historias. Como no puede ser de otra manera, esas maravillosas historias, se contaron a través de las pantallas de Disney.

El gigante de los dibujos animados es dueño de muchas productoras de contenidos (Marvel, Lucas Film, Pixar) y hace un tiempo compró ESPN, para sumar a los héroes deportivos a su larga lista de personajes famosos. No contento con ello, incorporó a Fox, con lo cual, se hizo con los derechos de los principales eventos. Roland Garros, la NBA, las ligas europeas y la Fórmula 1 se ven a través de su pantalla.

El fútbol argentino de primera división todavía no. La Comisión de Defensa de la Competencia no válido la fusión ESPN – FOX aduciendo que no es conveniente en el país, por excesiva concentración de canales y derechos deportivos. Por ahora, Fox y Turner (TNT) siguen siendo los “dueños” de la Liga Profesional.

Pero como la actividad en Argentina aún es muy poca, este fin de semana lo internacional ganó la pulseada en las agendas. Aladino tendió su mano y dio paso a las hazañas de las nuevas caras de la compañía.

Una de las historias ocurrió en Francia. En una reversión del clásico, La Bella y la Bestia se hicieron presentes en Roland Garros. Iga Swiatek se convirtió en la primera polaca en ganar un Grand Slam. La joven de 19 años encantó al mundo de la raqueta con el sonido de una derecha poderosa que hizo bailar a todas sus rivales a un ritmo sostenido.

La Bestia moderna, que de bestia tiene muy poco, es Rafael Nadal. El español ganó su título número 13 en París, demostrando que el Bois de Boulogne es su reino y la Philippe Chartrier su castillo encantado. Tras ese aspecto fibroso y brazos de músculos tallados, el español es uno de los jugadores más inteligentes del circuito. Está claro que saca ventaja desde lo físico, pero su capacidad táctica es lo que lo hace diferente. Genera ángulos que Pitágoras no imaginó. Sabe perfectamente donde debe ir la pelota (altura, efecto, profundidad) para hacer daño y mientras ejecuta ese tiro, va preparando el envío que sigue. Los puntos son largos, los peloteos eternos y siempre los gana el de Manacor. Demuele a sus rivales lentamente.  

El domingo el rival fue el número del mundo, Novak Djokovic, el Gastón Le Gume de esta adaptación. Su intento de abordar a la bestia en su castillo fue infructuoso. Su entrenador, Goran Ivanisevic, se puso en la piel del adulador Le Fou y en la previa de la final dijo que Nadal no tenía ninguna chance. Las Redes sociales, cual turba iracunda, se siguen riendo de su pronóstico fallido.

El español alcanzó a Federer entre los máximos ganadores masculinos de Grand Slam y lo hizo con su sello. No perdió un set en todo el torneo.

Entre los nuevos personajes clásicos de Disney, está el Rayo McQueen, protagonista principal de la película Cars de 2006 (tal como su nombre lo indica, se trata de autos). El momento cumbre del film es cuando el héroe decide ayudar a The King Weathers -uno de sus rivales- a terminar su última carrera y deja pasar la oportunidad de ganar la Copa Pistón. Prefirió brindar un homenaje a celebrar un triunfo. El domingo en Nürburgring, el rayo fue Lewis Hamilton. El británico ganó su Gran Premio 91 en la Fórmula 1 y alcanzó al inmenso Michael Schumacher (quien afronta una larga recuperación después de un accidente de esquí).

Mick, el hijo del alemán, se acercó al inglés y le entregó el casco de su padre. Hamilton, visiblemente emocionado, agradeció el gesto e idolatró al multicampeón. El británico ha sido noticia en 2020 no sólo por sus victorias, sino también por la manera en la que se puso al hombre la batalla contra el racismo.

Pero si de Disney se trata, la historia más importante del fin de semana se escribió en sus propias instalaciones. La burbuja de Orlando, a poca distancia del parque principal de la compañía, vio a Lebron James y a Los Angeles Lakers ganar el título de la NBA.

El Rey León James llevó a los angelinos a su corona 17, alcanzando por fin en la cima a los Celtics de Boston. Así como Mufasa guiaba a Simba con su espíritu, estos Lakers tuvieron en la trágica muerte de Kobe Bryant el símbolo por el cual pelear. En el camino quedó el Miami Heat, que vio como le llegaba la medianoche a su cuento de Cenicienta.

James no sólo ganó el título, sino que encabezó la rebelión de la liga contra el racismo. Uno de sus enemigos fue el presidente de Estados Unidos. La metáfora fácil sería jugar con el nombre de Donald y el pato, pero el actual mandatario no es un personaje gracioso, sino más bien una combinación de todos los malos de Disney, desde Scar hasta Froilo, pasando por Cruela de Vil.

La Burbuja fue una puerta al futuro abierta por la pandemia. Les fanátiques eran avatares virtuales gritando desde sus casas a través de pantallas. Faltaba que apareciera el simpático robot Wall-E alcanzándole una pelota a un árbitro.     

Eso sí, las producciones de Disney rara vez se hacen en el tercer mundo. Sólo la Copa Libertadores y el fútbol resultan apetecibles para contar historias desde estos lares. La eficaz burbuja de la NBA se pudo llevar a cabo en Orlando porque la empresa del ratoncito así lo quiso. Brindó las instalaciones y puso el dinero que hacía falta. En Argentina la cosa no es tan sencilla. La Liga Nacional de Básquet proyectaba imitar el proyecto en Córdoba, pero el coronavirus crece y no se tienen los recursos que requiere semejante empresa. La magia de Disney es poderosa, pero no está para andar regalándola ni puede ser utilizada para combatir las desigualdades en el mundo.

El 17 de noviembre el fantástico mundo de Disney estará todo al alcance de la mano (de les que puedan pagarlo) en una misma plataforma. Allí, Lionel Messi intentará gambetear a los 101 Dalmatas, Katie Ledecky nadará al lado del cangrejo Sebastián, Roger Federer hará un saque para que lo reciba con su escudo el Capitán América y Gallardo le dará indicaciones de cómo usar el sable laser a Ben Solo.    

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