Lo dijo Nai Foino

“Cállese la boca! Penal bien pateado es gol”, aseguró a los gritos un árbitro en el medio de un Boca – River y dejó una frase para la historia

Las frases hechas no tienen lugar y fecha de nacimiento – y mucho menos- autor conocido. Pero hay casos en los que para agrandar la leyenda se elige dotarlos de todas esas cuestiones. Ese es el caso de: “penal bien pateado el gol”.

Corría la tarde del 9 de diciembre de 1962. Boca enfrentaba a River en la Bombonera por la penúltima fecha del campeonato de primera división. Ambos equipos compartían la punta y el duelo era clave.

Boca ganaba con gol del brasileño Valentim. Iban 43 minutos del segundo tiempo cuando Simeone derribó a Delem en el área xeneize y Carlos Nai Foino, árbitro del partido, cobró penal. El propio brasileño se hizo cargo y enfrentó a Antonio Roma.

Tarzán se adelantó claramente y atajó el envío, Delem se largó a llorar y fue derribado por el festejo de los jugadores de Boca. Todo River le protestó al juez y cuenta la leyenda que fue allí, que Nai Foino se los sacó de encima al grito de: “Aire…aire… ¡Cállese la boca! Penal bien pateado es gol”.

Nunca se comprobó ciertamente que esto fuera así. Pero el partido, se convirtió en un emblema de los superclásicos ya que le permitió a Boca quedarse con el título.

En todo caso, lo que no explicó Nai Foino fue cual es un penal bien pateado y cual no. Por ejemplo, uno supone que un tiro contra un palo bien colocado, le resta claras chances al arquero. El inconveniente es que ejecutar de esta manera trae aparejado el riesgo de acercarse a los márgenes del arco.


Hace un tiempo atrás los investigadores uruguayos Ernesto Blanco y Washington Jones plantearon teóricamente que la manera más efectiva de convertir un penal, es patearlo al medio del arco. La idea surgió de un estudio que hicieron para demostrar que aquella recordada ejecución de Sebastián Abreú (picó la pelota) que le dio la clasificación a la Celeste a los cuartos de final del mundial de Sudáfrica ante Ghana, no fue una locura.


Su teoría plantea que en la gran mayoría de los penales, los arqueros elijen un palo. Debido al temor de quedar mal por no moverse ante un disparo, los goleros deciden volar hacia alguno de los dos lados. Muchos de ellos se estiran y tratan de cubrir el centro con las piernas. A veces les sale bien, pero en general el remate que va al medio termina adentro.


Algunos, para evitar el debate, caen en tautologías. Por un lado dicen que el penal bien pateado es gol. Ahora, al preguntarles cuando un penal está correctamente ejecutado, responden que cuando termina la pelota termina adentro del arco.

Discusiones al margen, está claro que la frase del bueno de Nai Foino quedó para siempre grababa a fuego en las conciencias de los futboleros. Mas allá que no se sepa a ciencia cierta si el lo dijo o no.

 

Del Autor

 

*Para una versión más extendida y agradable de la historia del penal, se recomienda leer el cuento de Aldo Riera: Atajó Roma.