Antiwoke

Un Donald Trump recargado arremetió contra la posibilidad de atletas trans de competir en competencias femeninas Estados Unidos. En Argentina, la comunidad de deportistas LGBTQ+ marchó contra un Javier Milei que parece tenerlos en la mira.

El 17 de marzo de 2022 Lia Thomas se convirtió en la primera atleta trans en proclamarse campeona de una competencia de natación femenina en la historia de la National Collegiate Athletic Association (en adelante NCAA), entidad que rige los destinos del deporte universitario estadounidense. La foto de la victoria de su victoria recorrió el mundo. Ella aparece sola en lo más alto del podio y quienes deberían acompañarla, están abajo, marcando distancia.  Junto a ellas aparece quien terminó cuarta en la competencia, formando una celebración aparte. Esa fue la manera en la que protestaron la decisión de la organización de permitirle a la atleta trans participar en la prueba. A partir de allí, la escalada de cuestionamientos hacia Thomas se extendió y una veintena de estados norteamericanos decidieron vetar la posibilidad a atletas trans de participar en competiciones femeninas. Como respuesta, el gobierno de Joe Biden propuso un reglamento que impedía estas prohibiciones. “A partir de ahora, los deportes femeninos serán solo para mujeres”, dijo Donald Trump esta semana al dar por tierra con lo decidido por su antecesor.

Ícono del discurso antiwoke, Trump no demoró nada en darle buenas noticias a su electorado. Antes de pasearse por el campo de juego en el Super Bowl (final de la liga de fútbol americano), el republicano una orden ejecutiva destinada a prohibir que las mujeres y niñas trans compitan en deportes femeninos, ordenando a las agencias que retiren la financiación federal a las instituciones académicas que se nieguen a cumplirla. Ahogará financieramente a aquellas escuelas u organizaciones que se atrevan a dejar a los hombres competir contra mujeres.

Detractor de los movimientos feministas, Trump declara ser el defensor del deporte femenino. Es el hombre que viene a defender a las mujeres de otros hombres que, al transicionar, se aprovechan de ellas. Si le prestara atención a la ciencia, sabría que no hay evidencia clara respecto de la ventaja que podría tener una atleta trans por sobre una mujer cisgénero. Pero el republicano prefiere lo fake. Acomoda su discurso para decir que la atleta trans es en realidad un hombre tramposo que se hace pasar por mujer para obtener triunfos.

Trump probó su popularidad en el Super Bowl. Fue el primer presidente en ejercicio que asiste a la máxima fiesta del deporte estadounidense. El comienzo fue ideal: se llevó una ovación. En el espectáculo del entretiempo Kendrick Lamar, Serena Williams y Samuel L. Jakcson -vestido de Tío Sam- se encargaron de incomodarlo al hablar de racismo y desigualdad. El trámite del partido hizo que no se quedara hasta el final. Las Águilas de Filadelfia se encargaron de frenar a los Jefes de Kansas City que buscaban su tercer título consecutivo. El equipo de la ciudad que no vota a un presidente republicano desde 1932, ganó su segundo título con un mariscal de campo negro y querido por sus acciones solidarias de corte DEI (Diversidad, Equidad e Igualdad). Su dueño, un psicólogo doctorado en Política Social ganó un Oscar en 2013 por un documental sobre una inmigrante mexicana perdida en las calles de San Diego.

Si de referentes antiwoke se trata, el presidente argentino Javier Milei no le pierde pisada a su par norteamericano. Arrancó 2025 con las minorías en la mira. En el Foro de Davos descerrajó improperios contra los movimientos feministas y la comunidad LGBTQ+. Sus argumentos, similares a los de Trump, una mezcla de fake news y teorías conspirativas flojas de papeles. Poco amigo de las críticas, redobló la apuesta. Para responder a la marcha que organismos de derechos humanos hicieron en repudio a sus dichos, avisó que va a prohibir los tratamientos y cirugías para cambio de género en menores de edad. Un gobierno libertario prohibiendo decisiones personales. ¿Qué pasaría si Milei decidiera imitar a Trump y avanzar sobre el deporte? En Argentina, organismos como la AFA (Asociación del Fútbol Argentino), la AAT (Asociación Argentina de hockey) y la CAH (Confederación Argentina de hockey), entre otras permiten la participación de atletas trans en las competencias femeninas. Autárquicas e independientes del estado, podrían acudir a la justicia para evitar cualquier tipo de veto.

En Argentina el debate sobre atletas trans compitiendo en las ramas femeninas se mantiene subterráneo. Con un deporte femenino con espacios reducidos en agendas mediáticas y organizativas, las discusiones no escalan como en Estados Unidos y los casos son todavía escasos. En el 2020 Mara Gómez se convirtió en la primera futbolista trans en AFA y en 2024 Stefanía Lucero fue la pionera en la Liga Nacional de Básquet.

Ante ese panorama, las distintas organizaciones trans se han organizado para desarrollar certámenes inclusivos y ligas LGBT. La mayoría de ellas marchó encolumnada el sábado pasado contra el facismo. Fueron 400 atletas sólo en esa columna. “Marchamos porque somos libres, carajo”, decía una de las pancartas.

 

Del Autor

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