
El patriotismo argentino apareció para defender a los atletas albicelestes ante los ataques franceses. Eso sí, duró hasta que llegaron las derrotas
“París bien vale una misa”, dicen que dijo Henrique de Borbón al dejar atrás el protestantismo para convertirse en Henrique IV de Francia. En París la religión es cosa seria. En el siglo XVI y en el XXI también. Si no, pregúntenles a los futbolistas israelíes que en el primer día de París 2024 cantaron su himno bañados en silbidos. Por mucha paz que pregone el fuego olímpico, el conflicto en Gaza no quedó al margen de los Juegos. Tampoco el de Ucrania. Aunque hay una diferencia: Israel puede competir, Rusia no.
La canción patria israelí no fue la única abucheada en Francia. Los “Mascherano Boys” padecieron algo similar. “¿Como puede ser que nos falten así el respeto?”, rugió el orgullo nacional albiceleste. El mismo clamor que defendió a Enzo Fernández y a la “scaloneta”, al ser acusados de racistas por celebrar la obtención de la Copa América con un cantito algo “picarezco”. La letra del tema en cuestión lo tiene todo: racismo, xenofobia, homofobia y transfobia. Sus creadores no se privaron de nada. Pero no era para que los franceses se ofendan. Se trata de folclore, nada más.
Como las aguas entre argentinos y franceses estaban tranquilas, el viento del destino decidió batirlas un poco. Pumas y Blues se encontraron en los cuartos de final del seven olímpico. Con todo el Stade de France abucheando, Marcos Monetta disparó al mundo: “Disfruto el ambiente. No se si están heridos por Messi y la Copa del Mundo o por que no les gustamos. Tal vez están asustados”. Envalentonado por el repicar de los bombos twitteros, la figura del seleccionado argentino olvidó que un hombre es esclavo de sus palabras. Horas después, fue el que perdió la última pelota, esa con la que su equipo podría haber empatado el partido. Con la eliminación consumada, ese coro de voces digitales que lo aupó cuando habló, lo acribilló sin piedad.
El burro de monetta tirando un sombrero con un jugador más y perdiendo por un try, para poder hablar primero hay que ganar algo https://t.co/wMU8tOq1s1
— Mixtermo (@Mixaa5_) July 25, 2024
Una muestra de lo que le pasó en las redes al bueno de Marcos Monetta
Con los Pumas se fue una de las pocas chances argentinas de obtener medallas en París. Como pasa siempre en los Juegos Olímpicos, miles de argentinos se subirán a la ola para festejar los logros de compatriotas que apenas conocen. También los fustigarán cuando no ganen y los olvidarán tres días después de la ceremonia de clausura. Tampoco le prestarán atención al esfuerzo que hacen en un país sin política deportiva ni recursos.
Del Autor
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