
En Deporpedias, analizamos esa frase que aparece cada vez que hay un sorteo. Entre la corrección política y la resignación, nos olvidamos que rara vez hay que derrotar a todos para ser campeón
El azar hizo sus movimientos. Se sortearon los cruces de octavos de la Copa Libertadores y el camino de cada equipo ya está diseñado. Como cada vez que las bolillas son las protagonistas de un evento, apareció en boca de todos una de las clásicas Deporpedias: “Para ser campeón hay que ganarles a todos”.
Por mucho que se la utilice, la premisa está floja de papeles, para no decir que directamente es falsa. No hay que ganarles a todos para ser campeón. Hay que ganarles a los que toquen. Uno de los grandes atractivos que tienen este tipo de torneos con eliminación directa es la imprevisibilidad que se genera con la presencia del azar. En una liga con formato de todos contra todos, la frase puede correr, pero en una copa, ni sale de boxes. Bastaría con analizar la Libertadores del año pasado. Boca llega a ser subcampeón sin enfrentar a River, Inter, Flamengo y otros 24 equipos ¿Les ganó a todos? No, pero termino arriba en la clasificación.
La máxima brota ante cada sorteo de la boca de protagonistas presos del orgullo o de la corrección política. Se la saca del libro de respuestas prefabricadas cuando se les interroga si prefieren un rival u otro. Es una salida caballeresca. No queda bien decir que un rival es más accesible que otro. La premisa iguala. Como hay que ganarles a todos, todos son igual de complicados. Es una máscara que oculta las sonrisas ante la aparición de un cruce sencillo. Esas que aparecieron en toda Argentina cuando Croacia eliminó a Brasil en Qatar 2022. Todos tenían claro que no era lo mismo tener que ganarles a los balcánicos que a los sudamericanos, pero quedaba mejor decir que hay que ganarles a todos.
Los hinchas la ponen sobre la mesa cuando aparece un cruce durísimo. Dicen que no les importa tener que enfrentar al requetecontra favorito, que para ser campeón hay que ganarles a todos. La pronuncian con resignación y orgullo. Saben que no es cierto, que hubiera sido mejor encontrarse con otro equipo, pero no está bien visto eso de quejarse por el rival que te toca.
Cuando se gana también se la suelta. Porque no está bueno que le desmerezcan a uno un triunfo por la influencia que pudo haber tenido el azar. Cómo si haber derrotado a equipos más débiles diera algo de vergüenza. En realidad, no tiene nada malo, así son las reglas del torneo.
En el tenis lo suelen tener más claro. Todos los torneos tienen el mismo formato y en ninguno hay que ganarles a todos los participantes. Tener un buen cuadro a veces es el primer paso para quedarse con el título. Después hay que superarlo, eso está claro, pero no es lo mismo encontrarse con Djokovic en la primera ronda que en los cuartos de final.
Aunque no suene bien, no hay que ganarles a todos. Hay que ganarles a los que toca enfrentar. Si la suerte está de nuestro lado, no hay nada de malo en admitirlo y sacarle provecho.
Del Autor
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