La más difícil

La regla del offside es una de las pocas reglas del fútbol que hay que ponerse a explicar


De las 14 reglas originales del fútbol planteadas en 1863, no ha habido ninguna más explicada que la ley del offside (“Orsai”, para todos aquellos que manejan el lenguaje propio de las canchas argentas). La escena se repite cada vez que alguien le presta atención a la disciplina por primera vez. La primera gran incógnita que le surge es que eso de la posición adelantada.
El offside es la única norma (de las importantes, claro) que no se puede trasladar al campito. Requiere si o si de la presencia del árbitro y el juez de línea. Si bien es cierto que hay gente que nace con la vocación de impartir justicia en un rectángulo de juego, es muy poco probable que tenga ganas de hacer de “lineman” en una plaza un sábado a la tarde. Además, su aplicación siempre genera polémica, cuestión que se busca evitar en el potrero.
Si bien forma parte del reglamento original del fútbol, fue variando a lo largo de los años. Cierto apego con el rugby -otro deporte de origen inglés- hizo que en un primer momento, fuera la pelota la que marcaba la posición fuera de lugar. El jugador estaba adelantado cuando quedaba por delante de la línea de la pelota. Los pases debían darse para atrás.
En ese momento casi no había pases. Se llegaba al arco contrario gambeteando o llevándose todo por delante. De ahí, esos amontonamientos de gente corriendo atrás de una pelota que se ven en las primera filmaciones o en películas que rememoran aquellos tiempos.
Con el tiempo la regla se fue agiornando. Después de varios retoques se llegó a la que se conoce hoy. Si bien por un lado las modificaciones hicieron más vistoso el juego -permitiendo la aparición del juego asociado-, todo se volvió más complicado a la hora de jugar.
Ya su redacción es compleja para entender. El reglamento dice que “un jugador se encuentra en posición de fuera de juego si interviene en una jugada y se encuentra más cerca de la línea de meta opuesta que el balón y el penúltimo adversario”. Traducido quiere decir que, para poder intervenir en la acción, un jugador debe estar por detrás de la línea de la pelota o tener al menos dos jugadores del equipo contrario delante de él.
La cuestión se problematiza cuando se le agrega que esa posición se mide en el momento en el que parte el pase del compañero. Es decir, el tipo puede estar sólo frente al arco al momento de tocar la pelota, siempre y cuando haya estado detrás de la línea de la pelota o con dos rivales adelante, cuando se hizo el envío. Entonces, para detectar el offside hay que estar mirando dos cosas al mismo tiempo: la posición del receptor y el momento exacto del pase.
Pero la regla no se detiene allí. Hay que tener en cuenta también, que la norma del offside es válida, solo si el jugador se encuentra en campo contrario. Si está en su mitad de la cancha, está habilitado para jugar, sin importar donde se encuentren los rivales o el balón.
Esta aclaración tiene que ver con el sentido común. Sería muy difícil que cualquier equipo pudiera atacar si no puede cruzar su mitad de cancha libremente. Además, el equipo que defiende podría utilizar como táctica pararse en línea enfrente del arco contrario e inhabilitar al otro conjunto por completo.
Otra cuestión que le agrega dificultad a la comprensión de la regla tiene que ver con la posesión del balón. Por ejemplo, si un rival es el que se equivoca y da un mal pase, habilitando al delantero, no se cobrará posición adelantada. Para que haya offside, el atacante debe recibir la pelota de un compañero.
Hay una aclaración que hacer a esta última observación. Que la pelota rebote en un rival no es lo mismo que este de un mal pase. Debe tener posesión del balón para habilitar al delantero. Para poner un ejemplo, si un mediocampista del equipo rojo patea al arco, la pelota le pega a un defensor de los blancos y le cae a otro de los rojos, habrá que analizar cuál era la posición de éste último cuando su compañero chuteó. El remate de su coequiper se considera como el pase y no el rebote en el rival.
Como si todas estas aclaraciones fueran pocas, aparece una más, que es bastante importante. Si un defensor está afuera de la cancha por cualquier motivo y sin autorización del árbitro, se encuentra en juego. Es decir, sigue contando como uno de los oponentes que está entre el atacante y la línea de meta, pese a estar del otro lado. Este apartado surge para evitar las avivadas de los zagueros, que al verse cerca de la raya final, optaban por salir deliberadamente del campo de juego, inhabilitando al atacante.
Está claro que el fútbol es un deporte de reglas bastante simples. Mucho de su popularidad tiene que ver con eso. Es de fácil acceso y no se necesita mucho para poder jugarlo. La única excepción en ese sentido es, claramente, la ley del offside. Siempre será la parte más compleja de explicar y nunca faltará el espectador casual que, en medio de un partido, pregunte qué quiere decir que alguien está en orsai.