
Desde pequeña yo te sigo a todas partes
Joaquín Gómez
Estudiante de Ciencias de la ComunicaciónHoy en Nuevas Plumas, Joaquín Gómez, estudiante de Ciencias de la Comunicación, nos trae la historia de Catalina, la fanática número Fútbol Club Villa Huidobro
El fútbol es pasión y amor por los colores sin importar el género, la edad, clase social, etnia etc. Este deporte que siempre fue tildado como masculino, despierta pasiones en niños y niñas de todo el mundo
Hoy vamos a hablar de Catalina Mariani una nena de tan solo 7 años, oriunda de la localidad de Villa Huidobro, un pueblito al sur de la provincia de Córdoba. A ella le gusta tocar el bombo legüero, la guitarra y jugar al paddle, pero su mayor pasión está ligada al deporte más popular de la Argentina, el fútbol.
“Cata” desde muy chiquita con redoblante en mano, camiseta blanquinegra puesta y con su banderita, alentó desde la tribuna al equipo de sus amores, el Futbol Club Villa Huidobro.
Todos los domingos dice presente para ver a la primera y también los sábados para alentar a los juveniles. Era obvio que esa pasión no solo quedaría por fuera del alambrado. Un día “catita” fue a ver a sus primos jugar. Ese día en una categoría de juveniles habían faltado varios jugadores así que sus amigos del barrio, la invitaron a sumarse. Con un poco de vergüenza, pero feliz, se calzó los botines, la remera y saltó a la cancha. Esa tarde no terminaría ahí ya que minutos antes de que finalizara el partido le metió un golazo de caño al arquero y desde entonces dijo que quería empezar a jugar para meter goles como ése.
Es allí donde las ganas de jugar comienzan a florecer, por eso les planteó a sus papás que quería ir a entrenar al club. Al principio a sus padres no les agradó mucho la idea, seguramente se les habrán presentado ciertas inquietudes antes de llevarla ¿la incluirán en el grupo?, ¿se llevará bien con los chicos? ¿Es un lindo ambiente para ella? Y demás inseguridades que aparecen todos los días en este deporte socialmente masculinizado, pero nada superó las ganas y la pasión de “cata”, así fue que su mama la llevo a entrenar a su segunda casa: “el Villa”.
En su primer día todas esas inquietudes e inseguridades quedaron de lado cuando el club del norte de la localidad, la recibió de la mejor manera, además todos sus compañeros también la incluyeron y estaban felices de verla en la cancha. “La gente del club la conoce desde chiquita, siempre en la tribuna o en la cantina conmigo, así que todos estaban felices de verla jugar y los compañeros también chochos, la abrazaban todos en su primer día de entrenamiento”. Nos comenta su mamá Romina Gómez.
Primer campeonato disputado, primer campeonato ganado
“Cata” se levanta muy temprano, arma su mochila con sus canilleras, medias y zapatillas, a las 7:30 ya está en el club lista para viajar y ansiosa de jugar. El encuentro se realizaría en la localidad vecina de Huinca Renano, a solo 20km de Villa Huidobro, más precisamente en la cancha del Club Atlético Ranqueles.
Ya instalados en la localidad era momento de cambiarse para disputar el primer partido, pero algo muy terrible iba a ocurrir en ese preciso momento. “Cata” NO SE PODIA CALZAR POR UNAS AMPOLLAS QUE TENIA EN SU PIE, su primer campeonato y las ilusiones de jugar se iban diluyendo. Pero las ganas nuevamente superaban todos los obstáculos y no iba a perder la oportunidad de representar al club de sus amores, así que se encinto todo el pie y su primo que también estaba allí le prestó unas zapatillas con un talle más grandes, ella con tal de jugar hacia cualquier cosa.
El campeonato se jugó durante todo el día y el “Villa” gano dos partidos y perdió uno, pero le basto para llegar a la final.
El encuentro lo disputaría con el equipo con el que habían perdido anteriormente, era un gran desafío volver a jugar contra ellos, pero allí estaba “cata” una defensora increíble que ayudaría a conseguir el triunfo.
El encuentro fue muy parejo, finalizando 3 a 2 en favor del Futbol Club Villa Huidobro y con una alegría inmensa los chicos buscaron a “cata” para abrazarla y festejar. El momento fue muy emocionante para todos los presentes.
Después de todos los festejos, llegó el momento de recibir la copa ¿Quién levantaría la copa? Pues como imaginan la encargada de levantar el trofeo es ella, la defensora impasable. Cata levanta el trofeo y con lágrimas en los ojos festeja con todos sus amigos y familiares.
“Fue muy emocionante ver como sus compañeros la buscaban para festejar y la abrazaban, todos lloraban de alegría, ella lloró desde que termino el partido hasta que terminó la caravana en el pueblo”. Así describe el momento vivido la mamá.
La pasión nunca termina
Actualmente ella y sus compañeros de equipo siguen entrenando tres días a la semana (martes, miércoles y jueves) a pesar de que el campeonato para ellos ya termino, se preparan para disputar unos de los torneos infantiles más importantes de la zona, el Encuentro Nacional de Futbol Infantil (E.N.F.I) realizado por el equipo vecino de la localidad el Club Deportivo Juventud Unida.
Ella va a entrenar cada día para mejorar y ser la mejor defensora, con las ganas siempre intactas y la pasión a flor de piel, seguirá jugando al futbol y alentando a su equipo en cada partido sin importar a donde vaya.
Para finalizar esta nota Cata cierra diciendo: “Cuando sea grande me gustaría jugar en algún equipo, pero todavía no se en cual”.
Ella descubrió que además de amar a su equipo le encanta jugar y desarrollar este deporte a diario y eso fue gracias a la oportunidad que le brindo el club, por eso para finalizar esta hermosa nota quiero recalcar la importancia que tiene la integración de niños y niñas en los clubes de fútbol principalmente en las pequeñas localidades, porque al igual que “Cata” hay cientos de niñas que aman jugar al fútbol y es importante que puedan desarrollarlo si discriminación e impedimento alguno.
Autor y foto: Joaquin Gómez. Estudiante de Ciencias de la Comunicación