
Diciembre, ese mes en el que hay que terminar todo como sea, tiene con los pelos de punta al fútbol regional
Diciembre es algo así como el “viernes del año”. Es la última chance que queda para terminar todo lo que hay que hacer y así poder disfrutar de un descanso en paz. Se corre para que no queden cabos sueltos que puedan interrumpir el tiempo destinado al ocio. Se cierra (los que pueden) con una buena joda, en la que la comida y alguna bebida espirituosa, permiten apaciguar la vorágine. Sirven, además, para abrir la puerta de los desarreglos que implica no te hacer nada (o por lo menos no tener responsabilidades laborales).
En Argentina, “el viernes del año”, suele tener sus particularidades. No hay que irse al fatídico 2001, cualquier diciembre en este país tiene un clima tenso. A veces con razón y otras por profecía autocumplida.
Hasta hace unos años atrás, una de las pocas cosas que escapaban a ese ajetreo, por lo menos desde finales de los 80 para acá, era el fútbol. Por cuestiones de calendarios, la pelota dejaba de rodar antes del 15. Los campeonatos de primera se terminaban antes y -quizás la variante principal- los ascensos y descensos se definían en junio. Hasta la Libertadores terminaba en junio.
En Río Cuarto, la calma era aun mayor. La Liga no pasaba del 10, el Argentino A y B se jugaban de junio a junio y el Torneo del Interior comenzaba en enero. Pero el 2021 llegó para patear el tablero, sobre todo en la ciudad y la región.
El fútbol, por estos lados, está embarcado en un diciembre repleto de turbulencias. Los retrasos ocasiones por el Covid, hacen que la Liga y el Consejo Federal quieran aprovechar para cerrar todos los trámites. Parecen esas personas que recorren el centro de Río Cuarto bajo el sol abrazador del mediodía. Lucen agobiados y transpirados, vestidos con demasiado abrigo, porque salieron a la mañana temprano para finiquitar todo lo que tenían que hacer. Van esquivando autos y cruzando en cualquier lado, en medio del caos que son las calles de esta ciudad un mediodía de diciembre.
Ese caos hace que la pelota no pare de rodar. Todos los días hay fútbol, ya sea de la Liga o del Federal Amateur. Como hay equipos que juegan las dos cosas, a veces es difícil saber porque certamen se están enfrentando.
El Federal Amateur se está pasando más rápido que una serie de Netflix un sábado de lluvia. Cómo si fuera La Casa de papel, los capítulos se pasan casi sin posibilidad de digerirlos.
Uno de los grandes perdedores en esta vorágine fue Atenas. El Albo se vio arrastrado por el leonino calendario que propuso el Consejo Federal y, en poco más de un mes, en la Marconi casi ni se acuerdan de que volvieron a ser campeones de la Liga después de 16 años.
Hay que decirlo, Atenas no liga una. Cuando tenía todo para aprovechar la euforia del título, tuvo que empezar un certamen superior, casi sin preparación previa. Perdió a su goleador por lesión antes del debut. En ese mismo partido, el arquero contrario fue una muralla. Para colmo, en dos de los tres partidos que jugó de local, el cielo de Río Cuarto se vino abajo.
Todo eso ocurrió en poco más de quince días. El estadio 9 de Julio pasó de la explosión del 25 de octubre a los apenas murmullos del sábado pasado en el partido ante Juventud. Incluso, en el encuentro ante Toro, los pocos que asistieron llegaron a entonar el hit tribunero basado en la canción It´s a Heartache (Jugadores, la c…). Sólo la locura de este calendario permite entender que ese grupo de muchachos que fue ovacionado por devolverle al club la gloria después de tanto tiempo, sólo quince días más tarde, les tirarán por la cabeza con la canción que hizo famosa a la galesa Bonnie Tyler.
El cóctel fue letal. En general, el hincha riocuartense acompaña en las buenas. Si la cosa viene mal, la lluvia y la crisis económica, son vienen bien para justificar el faltazo.
La contracara es Acción Juvenil. El Aurinegro se adaptó bien a esto de las carreras de velocidad. Reforzó bien la base que ya traía y está clasificado a la siguiente fase. Toro, con su piberío, más Airaudo, se acomodó y en menos de una semana pasó de estar casi afuera a soñar con la clasificación.
Mientras el Federal Amateur se lleva las marquesinas, la Liga se adapta. Para recuperar el tiempo perdido, el Clausura se juega sin pausa.
Con los cuatro protagonistas del Apertura distraídos con el Federal, el abanico de candidatos parece muy abierto. Municipal de Adelia María picó en punta, pero sufrió la inesperada baja de su DT. Patricio Otero se suma al cuerpo técnico de Seferino Flores en Estudiantes, que el lunes comenzó la pretemporada para la Primera Nacional (Sí, otro torneo más. Se entiende señor/a lector/a esté un poco perdido/a). Atrás, se acomodaron Lutgardis Riveros y Atlético San Basilio.
Pero la Primera A masculina no es la que está más apurada por cerrar todo (se sabe que no los hará). Los problemas están en la Primera B. Sobre todo porque falta mucho y los equipos quieren evitar que sus jugadores (casi todos amateurs) se pierdan muchos partidos. En enero se va a jugar, pero la mayoría querrá aprovecharlo para descansar de sus actividades profesionales.
En medio de este diciembre tan frenético, llegó una acertada decisión con respecto al fútbol femenino. Teniendo en cuenta que todavía no terminaron los Apertura, los clubes resolvieron que la temporada finalizará ahora y no es se extenderá al 2022. No se disputarán los Clausura. Atenas, Banda Norte y Sportivo Municipal ascendieron, porque quedan solo dos fechas y ya son inalcanzables para los demás equipos. Universidad, Ateneo, Estudiantes y Socia Recreativo de Reducción jugarán las semifinales de la A. Resta resolver que pasará con los descensos.
La decisión se caía de maduro. A estas alturas, con muchas dificultades para conseguir canchas, los equipos del femenino se veían obligados a jugar en horarios totalmente inapropiados para la época. Entrar a la cancha a las 11 de la mañana en diciembre, es forzar al cuerpo a un desgaste sinsentido.
Diciembre es el “viernes del año” y en este 2021, parece serlo más que nunca para el fútbol de estos lares. Con tanto partido dando vuelta, puede que esta nota quede desactualizada rápidamente. Incluso, antes de ser publicada.
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