En 2015, Alicio Dagatti eligió a Scioli por sobre Macri. Nueve años después, el ex moto nauta es el secretario de Deportes de Milei, presidente en guerra con la AFA de “Chiqui” Tapia, conducción a la que el mandamás de Estudiantes, es muy cercana
Entre las olas y el viento de Mar del Plata se puede observar un tumulto de fotógrafos y periodistas. Un hombre de calvicie insipiente se pone su clásica gorra roja con la publicidad de una marca de cigarrillos. Acaba de correr su última carrera en la categoría Offshore de motonáutica, la cual no pudo terminar por problemas mecánicos. Las aguas en las que Alfonsina dejó atrás el reino de los mortales son las mismas que lo vieron convertirse en campeón del mundo. “Ya hemos cumplido con todos nuestros objetivos. Hemos salido campeones del mundo de varias categorías y en distintos mares del mundo. Ahora, seguiré en el Congreso de la Nación”, dice con su tono tranquilo y sonrisa de dandi, Daniel Scioli, quien esta semana fue designado como el nuevo Secretario de Turismo, Deporte y Ambiente de la Nación. Atrás quedó una trayectoria que incluyó victorias en paisajes paradisiacos como las mediterráneas costas de Montecarlo (algunas de ellas corriendo contra sólo un rival), un accidente que le costó un brazo, siete premios Olimpia de la especialidad -uno de ellos bastante cuestionado- y un aparato mediático que le dio popularidad haciendo un deporte del Jet Set.
En esos tiempos ya era diputado. En 1997 inició su carrera política de la mano de Carlos Menem. Fue el comienzo de una travesía que lo llevó a ser vicepresidente, gobernador de la provincia de Buenos Aires, candidato a presidente y embajador en Brasil. Hábil piloto, supo acomodar la embarcación, sin importar quien fuera el que agitara las olas desde el poder, desde Menem a Kirchner. La secretaria de Deportes no será nueva para él, ocupó ese cargo bajo la presidencia de Eduardo Duhalde.
Con los Juegos Olímpicos de París en la mira, el área que comandará Scioli tendrá allí su primera prueba. Las aguas en las que tendrá que navegar no están muy calmas. Es que, tanto en campaña como en el gobierno, poco han dicho sobre ese tema los altos mandos de La Libertad Avanza. La única referencia clara a lo deportivo que hizo el presidente Javier Milei -nuevo jefe del ex moto nauta- es la pelea declarada a la AFA, con la intención de permitir el ingreso de las Sociedades Anónimas al fútbol. Disputa que sumó un nuevo capítulo el martes, cuando un juzgado de Mercedes aceptó el amparo presentado por la liga de Salto, miembro del Consejo Federal de Fútbol. El magistrado Elpidio Portocarrero Tezanos Pinto impugnó los artículos 335 y 345. El primero habilitaba el ingreso de las entidades privadas y el segundo, obligaba a las federaciones a modificar sus estatutos para abrirles las puertas a las SA.
Mientras celebra la medida, la AFA comenzó su temporada y lo hizo a su estilo. Calendarios apretados que obligan a los jugadores a salir a la cancha bajo el sol de la canícula; campos de juego en mal estado o inutilizables como el que vio en el estreno como local del último campeón (Ni el terreno del Julio Jaule de Sportivo Municipal, en sus peores días, lucía como el del Gigante de Arroyito); peleas entre barras a las afueras de los estadios; pésimos arbitrajes en los que nadie cree; partidos soporíferos en los que el cerebro le pide al televidente que por favor detenga la tortura y se busque una buena serie en alguna plataforma. Todo eso en el marco de una liga que pierde calidad a borbotones entre crisis económica y hábiles representantes.
En esa misma AFA, debutará Estudiantes este fin de semana. El “celeste” abrirá el domingo su participación en la zona B de la Primera Nacional ante el Deportivo Madryn. Rival conocido, sobre todo por aquella final del Federal B que terminó con escándalo en la Patagonia. Como es habitual el camino hacia alguno de los dos ascensos será largo como el periplo de Dante en la Divina Comedia. Los hinchas que vayan al Candini se encontrarán con varias caras nuevas, entre el cuerpo técnico y el plantel. El rostro conocido será el de Alicio Dagati. El presidente comenzó en diciembre su quinto periodo al mando del club la avenida España y -de no mediar nada extraño- podría llegar a cumplir una década en ese puesto. Cercano a Claudio Tapia, presidente de la AFA, fue uno de los primeros en alertar sobre las ideas de Milei sobre las SA y el fútbol.
Mucha agua pasó bajó el puente desde aquel 2015, en el que se calzó el traje por primera vez, justo unos meses antes de que Daniel Scioli perdiera ante Mauricio Macri, la posibilidad de ser presidente de la Nación. En aquella oportunidad, Dagatti se jugó por el ex moto nauta en la disputa contra el capo del PRO y perdió. En 2023, camino a ser consagrado por quinta vez, apostó por Sergio Massa y otra las urnas lo contradijeron. Al final, Milei llegó a la Rosada y Scioli será su secretario de Deportes.
Del Autor
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