Un Space Jam argento

¿Cómo a ningún productor argentino se le ocurrió hacer una adaptación de la película de los Tunes?

La presión del “niño interno” que todos tienen fue mucha para el Autor de este blog. No la resistió y el domingo, tuvo que ver la nueva versión de Space Jam. Nostálgico como es, le pareció que estaba muy lejos de aquella de 1996. Pero no fue un tiempo desperdiciado. Mientras veía las andanzas de Bugs Bunny y compañía, se puso a pensar como sería un Space Jam argento. Le pareció raro que no se le hubiera ocurrido a nadie. En los ´90, por ejemplo, se hizo Mi Familia es un Dibujo. Sería una película con todos los lugares comunes de los yanquis, pero combinados con los de acá.

Es cuestión de empezar a imaginar una especie de Caricatulandia argentina en la que convivirían contextos espacio temporales distinto, al estilo de esos crossovers al estilo Marvel o DC. Por un lado, estaría Trulalá con Hijitus y compañía y por otro la Papapipa en la que vivían Alejo y Valentina. También habría lugares comunes en los que se juntan a dialogar de los principales problemas de la vida animada cotidiana.

Así, en una misma mesa en el bar El Buen Trato, el Viejo del Bastón está intentando, con poco éxito, enseñarles lo que es el Instagram a Inodoro Pereyra y al Lingera. Mendieta y Diógenes, que se miran de reojo ante esa particular escena, están sentados a los pies de la mesa. En eso, irrumpe precipitadamente El Loco Chávez, con una noticia de último momento. Desde la vecina Quadrinhopolis, en Brasil, llega un desafío futbolero. En la misiva se cita a los personajes animados argentinos a formar un equipo y viajar hacia tierras verdeamarellas para dirimir, en una partida del deporte más representativo, cuál de los dos mundos imaginarios es el mejor.

Al grito de “ahijuna”, Don Inodoro insistió en que había que aceptar el desafío de estos brasileros irrespetuosos. “Ehhhhh, para un poquito, que te vasemal. Yo te voy a decir lo que vamos a hacer, viste” dijo El Viejo del Bastón.  Así, empezó a narrar el plan para armar el equipo y poder hacerle frente al desafío.

Esta película tendría, por supuesto sus momentos de tensión. Se necesitaría de un capricho de Oaky, que pediría integrar el equipo a cambio de que Gold Silver suministre los fondos necesarios para el armado del equipo. También estarán las vicisitudes, amistades y rivalidades dentro del equipo. Por ejemplo, Lupín y Patoruzú conformarán una delantera temible, que combina la velocidad del aviador y la potencia del último de los Tehuelches. También, habrá que lidiar con el carácter intempestivo de Boogie el aceitoso, cuyas cualidades físicas serán necesarias para impartir respeto en el área propia. El arquero sería Clemente, para darle un toque de ironía, además, si Tweety puede jugar al básquet, el personaje de Caloi puede ser arquero. Felipe de Mafalda dotaría al equipo de la cuota de imaginación necesaria. Hijitus, con su dinámica, sería el viejo volante ventilador y la rudeza en el medio estaría a cargo de Cazador. Por supuesto, Larguirucho será el encargado de organizar a la hinchada bombo en mano. El Señor López estaría a cargo de los papeles administrativos de la delegación.

La película también tendrá un lugar para la mujer. La Lola Bunny de este film argento podrían ser Pampita (ojo, es la novia del loco Chávez, no la modelo) o alguien más actual como Anita, la hija del verdugo. Incluso hasta habría lugar para una historia de amor entre esta última e Isidoro Cañones. Está claro que la mayoría de los personajes femeninos serán obra de Horacio Altuna.  

Cuando el equipo está a punto de viajar a tierras vecinas, llegarán noticias de que el equipo de Quadrinhopolis consiguió a través de una macumba, que Neymar forme parte de su equipo. Ante la desesperación general, el Viejo del Bastón volverá a tomar la palabra. “Para un cachito”, dirá y tomará su celular para llamar a Juan Salvo y pedirle que se ponga su traje y viaje a París a traer a Messi.

Justo cuando el Autor estaba empezando a imaginar como sería el partido, apelando sobre todo a los recursos de los Supercampeones, vio que eran las 15.30 y dispuso suspender sus pensamientos mientras durara el Brasil – Argentina por Eliminatorias. Quizás hubiese sido preferible que siguiera imaginando la Space Jam argenta, por lo menos así, al menos se hubiese jugado algún partido.     

Del Autor